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Tambopata: la selva menos explorada de Perú

La Reserva Nacional Tambopata, ubicada en el departamento Madre de Dios es un verdadero destino de ecoturismo y turismo rural comunitario. Además, en medio de la selva amazónica, es la expresión de una región inexplorada. Avistaje de aves y fauna, contacto con culturas ancestrales y un circuito de canopy único en América Latina en un lugar fascinante.

Históricamente, Perú ha sido sinónimo de Machu Picchu. A lo sumo, la elección de los turistas se extendía hasta Puno para maravillarse ante las misteriosas aguas del Titicaca, el lago más alto del mundo.

Sin embargo hoy, gracias a una política de diversificación de destinos, inversiones privadas y profesionalización, Perú se manifiesta con facetas tan disímiles como fascinantes.

En este contexto, la Reserva Nacional de Tambopata, un espacio de 275 mil ha. ubicado en el sureño y selvático departamento de Madre de Dios, se ha ganado su lugar entre las preferencias de los turistas ávidos de contactarse con culturas ancestrales, naturaleza virgen y paisajes aptos para la práctica del turismo aventura, siempre cobijados por el manto de la sustentabilidad.

RUMBO A LA EXPEDICION.

Generalmente, las expediciones comienzan en Puerto Maldonado, el punto de tránsito para iniciar la exploración de la selva y el internamiento por río hacia la Reserva Nacional de Tambopata, una unidad de conservación creada en 1990 para proteger las cuencas de los ríos Tambopata y Candamo.

La zona de bosque prístino contiene 1.300 especies de mariposas, 630 de aves, 32 de loros (el 10% del total del mundo), 200 de mamíferos, 200 de peces, 100 de anfibios, 70 de reptiles y más de 10 mil de plantas vasculares.

Semejante biodiversidad hace que este refugio natural sea considerado un verdadero paraíso para el avistaje de avifauna y flora autóctona, así como para los tours de pesca.

Además, Madre de Dios es el hogar ancestral de varios grupos, como los Ese’eja, Machiguenga, Yine y Haramkbut, y alrededor de mil indígenas en aislamiento voluntario que se internan en las selvas siguiendo el ritmo del bosque para sus actividades de caza y recolección.

Casi todas las comunidades nativas de la región conservan su riqueza cultural y amplios conocimientos del ecosistema. Tambopata ofrece la posibilidad de tomar contacto con ellos, visitar sus villas, alquilar las canoas artesanales y hasta practicar tiro al blanco con arco y flecha.

Lo que es aún más interesante es que algunas comunidades poseen hospedajes dentro de la selva y es posible realizar diversas actividades teniendo de guías a los mismos habitantes de las comunidades indígenas. Así, se pueden hacer junto a ellos caminatas por senderos temáticos, navegación, observación de flora y fauna y hasta charlas especializadas.

TURISMO AVENTURA.

Pero la Reserva de Tambopata también atrae a los amantes de la adrenalina y la aventura a través de su sistema de Canopy Walk Way, constituido por puentes colgantes encima de la copas de los árboles, a casi 43 m. de altura. El circuito tiene siete puentes, ocho plataformas en la parte alta de los árboles, una torre de observación de 35 m. de altura y espacios donde es posible hacer tirolesa.

Esta reserva tropical es toda una joya de la biodiversidad, ya que además de contar con una impresionante variedad de fauna, reúne dos grandes collpas (reservorios de arcilla), la del Chuncho y la del Colorado (la más grande del mundo), donde todas las mañanas se reúnen cerca de 500 guacamayos, loros y pericos para la ceremonia del “collpeo”, que consiste en ingerir este material en el barranco del río.

El lago Sandoval, que para muchos es el más bello de los espejos de agua amazónicos, hogar de las shanshos, las únicas aves rumiantes del planeta, y puerta de acceso a un bosque de castañas; el río Heath-Pampas, que recorre la única zona de la selva peruana con características de sabana; el río Alto Tambopata, donde es posible hacer canotaje con rápidos de clase 4 y 5, son otros de los atractivos de este gran rincón de la naturaleza.

En definitiva, la Reserva Nacional Tambopata permite que las comunidades indígenas empiecen a tomar iniciativas para incorporarse a los circuitos turísticos de Perú, a la vez que posibilita a los turistas encontrarse con una cara desconocida de este fabuloso país.

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