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Para celebrar a lo grande

En vísperas de Año Nuevo, presentamos algunos sitios tradicionales para viajar, disfrutar y también unirse a las celebraciones. En este caso pusimos pie en destinos de América, en particular en Nueva York, Medellín, Cusco, Norte argentino y Río de Janeiro.

-Nueva York. Para los estadounidenses, Navidad es una fecha sumamente especial a juzgar por los cientos de filmes que versan sobre el tema. En particular, Nueva York se viste –literalmente– con sus mejores galas para los festejos. Así que, si bien hay varios eventos especiales, la verdad es que caminar por sus calles por esos días ya es todo un espectáculo. Los edificios y tiendas compiten por la mejor decoración (imprescindible darse una vuelta por Staten Island así como por Macy´s, Lord & Taylor y Saks Fifth Avenue), los árboles de Navidad más atractivos y los Papá Noel más simpáticos.

No hay que perderse, sin embargo, algunos hitos tradicionales, como el imponente árbol de Navidad del Rockefeller Center, con sus más de 40 mil luces que se encienden el 30 de noviembre, coronado por la estrella de Swarovski. Desde las 19 los espectadores podrán disfrutar de shows en vivo. No importa si no llega para esa fecha, este ícono permanece con sus luminarias hasta principios de enero.

Para la víspera de Año Nuevo la cita es en el Times Square, donde cientos de miles de personas esperan ver el espectáculo de la bajada de la esfera de cristal proyectando un amplio arcoíris de colores. Lo ideal es llegar temprano y permanecer en Broadway, entre West 43rd y West 50th y en la Séptima Avenida hasta la calle West 59. El plan se completa con shows musicales, fuegos artificiales, confetis, alegría y brindis con los vecinos espontáneos de la fiesta.

Menos tradicional, pero con menos gente, existen otras propuestas como show de luces láser y feria de Navidad en la terminal Grand Central, desfiles en Little Italy, un espectáculo en Radio City o el árbol de Bryant Park donde es posible patinar gratis.

Para Año Nuevo, en tanto, las alternativas son tomar un crucero donde el viajero obtendrá una panorámica diferente de los festejos (los fuegos artificiales y las luces), además de disfrutar de una cena y música a bordo; pasarlo en el Central Park, en torno Bethesda Fountain; o incluso en el puente de Brooklyn, cuyos festejos culminan con una caminata y un brindis.

-Medellín. Una forma diferente de celebrar las fiestas es salir y dejarse capturar por los maravillosos dibujos plasmados por las luces que iluminan la ciudad. La tradición viene de hace 50 años cuando la urbe se engalanaba con lámparas provistas por Empresas Públicas de Medellín que, entre otros servicios, provee energía eléctrica a la urbe. Dicen que por ese entonces los habitantes de la Bella Villa bajaban hasta Av. La Playa para ver el ritual del encendido.

Con el tiempo la puesta en escena se fue mejorando y actualmente cientos de personas trabajan con muchos meses de anticipación para lograr que el espectáculo sea único. Este año Medellín tendrá 31 millones de bombillas tipo Led y 42 mil figuras desde principios de diciembre hasta mediados de enero. El alumbrado se inicia en el Teatro Pablo Tobón Uribe, baja por la Av. La Playa hasta la plaza Botero, toma la carretera Carabobo hasta San Juan, luego el camino que bordea el río Medellín, y la zona del antiguo puente Guayaquil.

En forma complementaria se organizan desfiles, ferias dedicadas a la gastronomía (Platos como la bandeja paisa, los exquisitos fríjoles que se combinan con garra y con un añadido de hogao, son imperdibles durante la visita) y shows que invitan a los lugareños y turistas a salir a la calle.

Habrá tiempo, seguramente, para darse un paseo por la ciudad y sus sitios patrimoniales (el Museo Cementerio San Pedro, Casa Museo del maestro Pedro Nel Gómez, Antigua Estación del Ferrocarril de Antioquia y la Plaza Botero, entre otros), así como los espacios verdes (Jardín Botánico, el Parque de los Deseos y el Parque Norte “J. Emilio Valderrama”) y los centros de compras.

-Cusco. Luego de visitar Machu Picchu es momento de prepararse para los festejos de la noche, ya sea Navidad o Año Nuevo, en Cusco. Para esta última una enorme cantidad de personas se junta en la plaza de Armas, se toman de las manos y cuando el reloj marca la hora el gentío se echa a correr en una vuelta por este espacio.

Lo interesante es que allí confluyen personas de todo el mundo, muchas vestidas de amarillo, disfrazadas o con cotillón.

Luego estallan los fuegos artificiales, todos gritan, saltan, cantan y disfrutan de este momento en un lugar verdaderamente especial. La celebración continúa hasta el amanecer con música, baile y brindis en los bares de la zona.

-Norte Argentino. Al igual que la heterogeneidad de sus paisajes, Argentina despliega múltiples expresiones culturales y, por ende, formas diferentes de festejar Navidad y Año Nuevo.

El Norte Argentino –en particular las provincias de Jujuy y Salta– es un lindo lugar donde hacer pie para disfrutar de las celebraciones. Es que allí la simbiosis de la religión católica con las raíces autóctonas andinas origina costumbres particulares.

Por ejemplo la llamada danza de las cintas, donde los participantes rodean un palo en cuyo extremo penden estas sogas. Al son de quenas y bombos, trenzan y destrenzan las cintas y entonan villancicos.

También son usuales los pesebres vivientes y estáticos que se presentan tanto en las iglesias y plazas como en las viviendas.

Luego de los festejos el viajero podrá recorrer la zona de bellos paisajes y más lindos poblados, tanto en Salta como en Jujuy, que aloja la Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad.

También podrá tomar el Tren de las Nubes para vivir una experiencia única por paisajes majestuosos, por sinuosos caminos, pasando por puentes y abordando túneles.

-Río de Janeiro. El epicentro de las celebraciones de Año Nuevo es la playa de Copacabana. El plan puede comenzar con una cena en algún restaurante de la Av. Atlántica y debe continuar en la costa, donde toda la gente lleva atuendos blancos. La fiesta se llena de fuegos artificiales que se reflejan en el mar.

Alrededor de 25 mil toneladas de productos pirotécnicos son colocados en balsas a unos metros de la costa y producen un espectáculo maravilloso de luz y color. Pocas celebraciones de Año Nuevo en el mundo, se comparan con la que tiene lugar en la playa de Copacabana.

Otra tradición popular que pone de manifiesto el sincretismo religioso es ofrecer regalos (flores y barcos con velas) a Iemanjá, la diosa de los mares.

Hay que tener en cuenta que el lugar se llena de gente, con lo cual una opción es ver el show desde algún balcón de los hoteles que se encuentran sobre la Av. Atlántica.

Luego comienzan los shows y el baile que se extienden hasta el día siguiente. ¿Los escenarios? Frente al Copacabana Palace, la Posta 5, el escenario Leme y en Aterro do Flamengo, donde se presentan dj´s, bandas y escolas de samba.

También hay muchas fiestas privadas, pero las entradas se venden con bastante anticipación.

Para el día siguiente, el programa es disfrutar de la playa, visitar el Cristo Redentor y el Pan de Azúcar, conocer el Parque Nacional de Tijuca, o zambullirse en la cultura local a través de museos y espacios históricos.

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